Desde hace mucho tiempo, es habitual que recibamos correos que no hemos solicitado, práctica que todos reconocemos como SPAM. Cuando con esta práctica se pretende que facilitemos datos personales, que pueden ir desde el nombre a la cuenta bancaria, se conoce como phishing.
Frecuentemente, recibimos alertas de nuevas campañas de envío de correos electrónicos fraudulentos que suplantan a entidades bancarias como BBVA, CaixaBank, Santander, etc. y cuyo objetivo es dirigir a la víctima a una página web falsa para robar sus credenciales de acceso a través de diferentes engaños.

Esta práctica tiene otra variante, conocida como smishing, que consiste en el envío de SMS fraudulentos con un enlace a una URL donde se produce el robo de información. La mejor forma de protegernos es haciendo lo mismo que con los mensajes de phishing, es decir, desconfiando de cualquier SMS procedente de fuentes desconocidas que no hayamos solicitado, máxime, cuando viene de entidades bancarias, y sobre todo, no facilitar nuestros datos nunca en páginas a las que hayamos accedido desde este tipo de enlaces.